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EMPEORA LA SALUD DE LOS ARBOLES ESPAÑOLES, AUNQUE 8 DE CADA10 PRESENTA BUEN ASPECTO

MADRID
SERVIMEDIA

La salud del arbolado español ha empeorado en el último año, pese a que ocho de cada diez ejemplares presenta un buen aspecto, según el Inventario de Daños Forestales 2005 hecho público hoy por el Ministerio de Medio Ambiente.

El 78,5 por ciento de árboles estudiados presenta un aspecto saludable, mientras que el 19,5 por ciento tiene defoliaciones superiores al 25 por ciento y el resto son muertos o desaparecidos.

El estudio de más de 14.000 unidades permite concluir que el arbolado nacional muestra un empeoramiento en su estado respecto al año anterior.

Se observa un deterioro más acusado en las frondosas, con una disminución importante en el porcentaje de arbolado sano (76,7 por ciento de árboles en esta categoría), a la vez que aumenta el porcentaje de arbolado dañado (21,3 por ciento).

Las coníferas también experimentan un empeoramiento, aunque algo menos acusado, con una disminución del porcentaje de arbolado sano respecto al año anterior, ya que este año se sitúa en un 80,6 por ciento, y un aumento en el porcentaje de arbolado dañado, que llega a alcanzar un 17,6 por ciento en esta categoría. Los registros obtenidos para este grupo de especies son los peores obtenidos desde el inicio de los inventarios en 1987.

Las principales causas de desvitalización y decaimiento son los daños de origen abiótico, que junto a las fuertes defoliaciones primaverales, que puntualmente han afectado a muchas frondosas, y el continuado incremento del muérdago, agrupan la mayor parte de los síntomas identificados.

El estudio ha detectado un acusado decaimiento y muerte puntual relacionados con el déficit hídrico continuado y sequías puntuales, principalmente en el Levante, Sureste peninsulary en áreas centrales de ambas mesetas.

Las especies más afectadas han resultado ser los Quercus entre las frondosas, y el pino carrasco dentro de las coníferas. A esto se suman los daños por las heladasen lugares tan dispares como Granada, Zamora y Huesca, afectando a cualquier especie (pino silvestre, chopo, eucalipto, encinas).

SÍNDROME DE LA SECA

Se aprecia una cierta disminución en los daños relacionados con el síndrome de la Seca. También han disminuido los daños atribuibles a hongos, con las excepciones de la generalización de micosis foliares en los eucaliptares, principalmente en el Cantábrico oriental, y la cada vez más frecuente aparición de daños en Pino radiata. Resalta la aparición de procesos de decaimiento dispersos de origen no claro en las alisedas del norte peninsular, repitiendo en cierto modo el proceso que afectó a principios de la década de los 90 a dicha especie forestal.

En cuanto a insectos, no se aprecian a nivel general grandes variaciones en las infestaciones provocadas por la procesionaria del pino, pero son de destacar las proliferaciones de focos de escolítidos perforadores durante el verano, aprovechando la situación de debilidad provocada por el estrés hídrico.

Es notable el incremento en los defoliadores primaverales de frondosas respecto a años anteriores, tendencia ya apuntada en 2004, en toda la Península. En el estudio se plantea que no se trata de una especie en particular, ya que los daños son resultado de la acción combinada de limántridos, tortrícidos, noctuídos, lasiocampidos y otros lepidópteros.

Los alisos han sufrido en general fuertes defoliaciones por Agelastica alni. Se detectan síntomas de que los daños por Diprion pini están incrementándose de nuevo en los pinares de montaña del Sistema Central.

Por último, los indicadores reseñan la espectacularidad de las defoliaciones en rosáceas silvestres, provocadas por la explosión poblacional de Aglaope infausta, en diversos lugares de casi todas las provincias en Castilla y León, en Álava y en distintas zonas de La Rioja, Cantabria, Aragón, Cáceres, Granada y Cádiz.

(SERVIMEDIA)
05 Ene 2006
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