Estas cifras ponen de manifiesto la importancia que todavía tienen en la balanza de pagos española los fondos enviados por los emigrantes, un colectivo muy importante aunque ya sean historia los grandes movimientos migratorios hacia América del Sur y hacia la Europa del milagro económico posterior a la Segunda Guerra Mundial.

De hecho, aunque España se ha convertido en los últimos años en un país con saldo inmigratorio, el dnero que los emigrantes españoles remiten del extranjero es muchísimo mayor que el que sale de hacia los paises de origen de los extranjeros que se ganan la vida aquí.

Los 322.000 millones de pesetas repatriados por los emigrantes españoles desde el extranjero multiplican casi por seis los 59.000 millones remitidos en 1995 a sus paises de origen por los inmigrantes que trabajaban España.

La diferencia se pone más claramente de manifiesto al considerar la evolución de estas magnitudes en la décadade los noventa, ya que los emigrantes españoles aportaron 1,45 billones de pesetas entre 1990 y 1995, frente a 232.000 millones de las remesas enviadas fuera de España por los inmigrantes.

El dinero repatriado por los emigrantes procede de los paises en que hay un mayor número de ellos, que son, dentro de la Unión Europea, Francia y Alemania, en donde el último censo de 1994 contabilizaba 211.794 y 133.879 españoles, respectivamente. Fuera de la UE, destaca el caso de Argentina, con 270.000 emigrantescontabilizados, así como Suiza, con un total de 105.895.

Las remesas de los emigrantes, pese a que el número de éstos registra una clarísima tendencia descendente, ha experimentado un notable aumento esta década, al pasar de 191.000 millones en 1990 a 322.000 millones en 1995. La razón obedece en parte a motivos puramente estadísticos, ya que ahora se lleva una contabilidad más exhaustiva de estas partidas, según informaron a Servimedia fuentes del Banco de España.

LOS INMIGRANTES

Por lo que serefiere al dinero expatriado por los inmigrantes extranjeros en España, pasó de 14.000 a 59.000 millones de pesetas entre el 90 y el 95, un crecimiento muy notable aunque las cantidades totales sean todavía modestas, lo que refleja el crecimiento de la población inmigrante en España.

Los inmigrantes que viven en nuestro país, especialmente los no comunitarios, se ganan la vida predominantemente como obreros de la construcción, temporeros del campo, camareros y empleadas de hogar, según pone de manifieto la información sobre concesiones de permisos laborales de que dispone el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

En 1995 fueron concedidos 99.987 permisos de trabajo, de los que 11.395 correspondieron a la hostelería, 10.417 a la construcción, 17.779 al sector agrícola y 25.716 al personal doméstico.

Por nacionalidades, la mayoría de los permisos de trabajo fueron reconocidos a marroquíes, un total de 46.226; peruanos, 7.314; dominicanos, 6.033; chinos, 4.892; filipinos, 2.356; y polacos, 2.16.