Por el contrario, el propietario de la embarcación sí tenía en regla los prmisos para poder navegar en el lago, que otorga el Ayuntamiento de Banyoles, según explicaron a esta agencia fuentes municipales.

Las mismas fuentes señalaron que al consistorio sólo le corresponde autorizar la posibilidad de navegar en el lago, porque es de su propiedad, pero no tiene ninguna competencia sobre las licencias técnicas que requieren las embarcaciones que se botan en el estanque.

Sin embargo, los trámites Capitanía Marítima no estaban concluidos porque faltaba la realización por elingeniero naval de las pruebas de estabilidad y la confección del libro de estabilidad.

Con el informe favorable de estas pruebas, los técnicos debían haber sometido a otro examen al barco, cuando éste se encontrase en el agua, para calcular la estabilidad de la embarcación "in situ".

Una vez superadas dichas pruebas, si la embarcación se considera apta para navegar, se realizan otros tests oficiales en el mar, estando ya el barco debidamente pertrechado.

Conseguidos todos los certificados qe consideran a la embarcación apta para navegar, el armador debe solicitar la matrícula provisional, que tiene una vigencia de tres meses.

En este punto, el constructor debe dotar al buque de la tripulación adecuada en número y calidad, aportando el permiso de la autoridad gestora (en este caso el Ayuntamiento) con lo cual estará apto para navegar.

El propietario del barco siniestrado no había cumplido ninguno de estos trámites, según el departamento marítimo, que asegura que éste puso en servici la embarcación sin comunicárselo y sin cumplir los citados requisitos.

Por otra parte, el pleno del Ayuntamiento de Banyoles se reunirá esta tarde en sesión extraordinaria para discutir si el consistorio se persona como acusación particular en la investigación judicial que se lleva a cabo para determinar responsabilidades por la tragedia.