EL ELEVADO CONSUMO DE CARNE DAÑA LA SALUD Y AUMENTA LAS DESIGUALDDES SOCIALES, SEGUN EL WORLDWATCH INSTITUTE
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El elevado consumo de carnes y el extendido uso de cereales como forma de alimentación aumenta las desigualdades sociales, especialmente en los países en vías de desarrollo, y puede resultar perjudicial para las personas, según el Worldwatch Institute.
La institución norteamericana mantiene que el excesivo consumo de carnes en los países industrializados provoca que los habitantes de estas sociedades ingieran dos veces más roteínas de las que necesitan.
El peligro radica en las grasas saturadas que acompañan a las proteínas concentradas en las carnes y en los productos lácteos, grasas que están íntimamente asociadas a las enfermedades propias de la opulencia.
Además, el Worldwatch Institute afirma que una dieta rica en productos animales crea una dependencia de las importaciones de alimentos y puede ensanchar la brecha existente entre pobres y ricos.
Para que un país pobre, cuya población consume pocos products animales, alcance la autosuficiencia en alimentos de grano, son necesarios unos 200 kilos de cereales por persona, pero esa cifra aumenta rápidamente cuando predomina una dieta basada en carnes.
En la extinta Unión Soviética el importante incremento que experimentó el consumo de carne provocó que el uso de grano como alimento de engorde sobrepasara el consumo humano directo. La prestigiosa institución norteamericana señala que el ganado soviético consume hoy tres veces más grano que los propios ciuddanos.
COMIDA DE RICOS
En México ha ocurrido algo similar, ya que el área sembrada con maíz, arroz, trigo y judías, alimentos básicos de los mexicanos pobres, ha experimentado durante los últimos decenios una reducción importante, mientras que la dedicada a la siembra de sorgo, utilizado para la alimentación y cría de pollos y cerdos, aumentó de forma espectacular.
Un estudio realizado por David Barkin, de la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México, y dos colegas suyos de EE.U. en 24 países en vías de desarrollo, demostró que en 13 estados los agricultores estaban dejando de cultivar grano para consumo y lo sustituían por grano de forraje, mientras que en otros 8, más del 10 por ciento de los cultivos habían sufrido ese cambio desde hacía 25 años.
La conclusión a la que llegaron fue que la creciente demanda de carne observada entre los ricos está asfixiando la producción de alimentos básicos para los pobres
En España, el consumo de carne aumentó de 67 a 69 kilos por prsona entre 1987 y 1991, mientras que el de hortalizas frescas permanece estabilizado, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
(SERVIMEDIA)
15 Ago 1992
GJA