De estos clientes, el 99,7% recibía suministro eléctrico en baja tensión. En el perodo 1992-97, el número total de clientes de baja tensión creció una media del 1,6% cada año, y el de clientes de alta tensión, un 4,1% medio anual.

La Memoria de Unesa explica que el incremento de la actividad económica en 1997 ha dado lugar a un aumento significativo de la participación de los consumos de electricidad en alta tensión dentro de la demanda total.

En el período 1988-97, tanto los consumos en baja tensión como los del mayor y el menor escalón de la alta tensión han aumentado su partcipación en la demanda total de electricidad, según la patronal Unespa.