LAS ELECTRICAS NO ACEPTARAN UN ACUERDO GASISTICO QUE ENCAREZCA LA TARIFA DE LA LUZ

- Las devaluaciones costaron 233.000 millones

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente de la patronal eléctrica, Unesa, Luis Magaña, afirmó hoy, en la presentación de los resultados del sector en 1993, que las compañías no aceptarán un acuerdo para asumir el consumo del gas contratado con Argelia, si llo conlleva un encarecimiento de la tarifa de la luz.

Magaña reconoció que existen fuertes discrepancias entre el precio de la termia de gas que reclaman el Ministerio de Industria y las empresas gasistas, 1,8 pesetas por termia, y el que a juicio de las compañías saldría si se aplica comparándolo con toneladas equivalentes de petróleo, 1,5.

Según el cálculo del presidente de Unesa, si se acepta la propuesta del Ministerio y Enagás, el resultado sería encarecer la tarifa de la luz en unos 10.000millones de pesetas al año, durante los cinco que dura el contrato de suministro con Argelia.

Además, el presidente de las empresaseléctricas señaló otra condición, y es que un compromiso con el gas como el pretendido por el Ejecutivo exige ajustar la oferta de electricidad a la demanda, y por tanto, reducir el precio que hay que pagar a los autoproductores, empresas con grupos de generación propios, por la energía excedentaria en sus procesos fabriles.

Según los cálculos de Unesa, estas compañía están vendiendo a la red su energía excedentaria a 11 y 12 pesetas por kilowatio hora, cuando el precio razonable, y sin obligación compra para el resto del sistema eléctrico, serían las 8 pesetas por Kwh.

Magaña reconoció que existe compromisos nacionales con Argelia, pero advirtió que ello no implica que las eléctricas tengan que comprar ese gas a cualquier precio para generar electricidad, sobre todo si existen otras fuentes energéticas alternativas más baratas.

El presidente de la patronal eéctrica aprovechó también el encuentro anual con los medios de comunicación para potestar por que el equipo energético del Gobierno anuncie wel inminente envío del proyecto de Ley de Ordenación del Sector Eléctrico (LOSE) al Consejo de Ministros, sin antes haberlo remitido a los agentes afectados.

Por este motivo, señaló que el texto de la futura ley eléctrica debe reunir algunas consideraciones de las empresas, como ajustar su contenido a las directrices comunitarias, yno excederse, como ocurre conla pretensión del Gobierno de obligar a las compañías a separar jurídicamente todas sus actividades, tanto las energeticas como otros negocios de diversificación.

Asimismo, expresó sus dudas respecto a que la futura Comisión Nacional del Sistema Eléctrico quede configurada definitivamente como un órgano regulador del sector, que sea independiente de la Administración y de las empresas, pero con capacidad para arbitrar los conflictos interpretando la normativa del Gobierno.

Otro factor que los empesarios no saben como quedará al final redactado es la participación de las compañías en el órgano que se encargará de explotar de forma unificada el sistema eléctrico, y en el que consideran que las empresas deberían participar en proporción a su cuota de mercado.

Luis Magaña expresó su confianza en que los cambios en Energía, como consecuencia de la última crisis de Gobierno, afecte a la continuidad de la política del departamento, y evitó pronunciarse sobre la oportunidad de que los gobiernos autónmos tengan algún representante en los consejos de administración de las eléctricas de capital público, tal y como ha propuesto Jordi Pujol.

DEUDA PUBLICA

Durante la presentación de los resultados del sector en 1993, el presidente d elas empresas eléctricas señaló como un factor negativo la tendencia "lentamente ascendente" que registra la deuda del conjunto de las administraciones públicas con el sector.

Al día de hoy, añadió, los recibos impagados por los clientes públicos superaba los 92.000 illones de pesetas, frente a los algo más de 80.000 que registró en 1992, y a pesar de los esfuerzos de las compañías para lograr su cobro, bien en efectivo o en permutas.

Durante el pasado año, según las estadísticas del sector, las compañías sufrieron sus balances los efectos de la devaluación sobre la deuda contratada en divisas, en torno a 233.000 millones de pesetas, lo que absorvió buena parte de la reducción global de endeudamiento delsector (169.000 millones), con un saldo de crecimiento en lo compromisos financieros de 69.000 milllones.

El resultado de esta situación es que las inversiones en activos fijos tubieron que ser inferiores a las de 1992, un 9,5 por cien menos, con un desembolso final de 296.000 millones, y con una tasa de autofinanciación prçácticamente igual a la del año precedente, 1,57.

La cifra neta de negocio del sector en 1993 fue de 1,9 billones de pesetas, un 2,3 por cien superior, y los recursos generados sumaron 612.000 millones, un 15,6 % más que el ejercicio anerior.

(SERVIMEDIA)
10 Mayo 1994
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