En Asturias, el PP ha logrado 298.941 votos (46,5%) por 236.532 el PSOE (36,78%), tras la debacle en las elecciones autonómicas de junio motivada por la escisión que protagonizó Sergio Marqués. Esto supone cinco escaños para la lista de los populares que en esa comunidad encabeza el vicepresdente primero del Gobierno, Francisco Alvarez Cascos, y tan sólo tres para los socialistas.

En Extremadura, feudo tradicional del PSOE, éste partido sólo obtuvo 291.475 votos (44,63%) frente a los 309.701 (47,42%) del PP. Los populares se llevan seis escaños y los socialistas cinco.

Por lo que respecta a Aragón, la diferencia es aún más abultada. Allí el PP logra 339.434 votos (47,29%) frente a los 222.442 (30,99%) de los socialistas. Eso le supone al partido del Gobierno ocho diputados y cuatrolos socialistas.

En Baleares, tradicional feudo del PP durante 17 años, interrumpido por el pacto que llevó al socialista Francesc Antich al Ejecutivo de las islas el pasado junio, los electores parecen haber elegido de nuevo PP. Este partido obtiene nada menos que el 53,84% de los votos (213.389) por tan sólo 116.121 (29,3%) los socialistas.

Y en Castilla-La Mancha, donde el socialista José Bono parecía inexpugnable electoralmente, el PP ha logrado el 52,44% (561.833 sufragios) por tan sólo 436343 (40,73%) el PSOE.

Sólo Andalucía parece escapar a esta tendencia y por poco. En esa comunidad, la victoria holgada del socialista Manuel Chaves no ha ido acompañada de un voto masivo a Joaquín Almunia. De hecho, la diferencia a favor del PSOE es de sólo 120.000 votos. El PSOE logra 1.756.055 sufragios (43,75%) y el PP 1.632.155 (40,66%).