Apenas comenzaron a publicarse los sondeos electorales a las ocho de la tarde, decenas de simpatizantes del PP empezaron a llegar a la calle Génova provistos de banderas y gorras del partido.

Un amplio dispositivo policial, ambulancias del Saur y media docena de cámaras de televisión siguieron de cerca a los congregados que no pararon de aplaudir, acompañados por las bocinas de algunso coches con banderas que subían y bajaban por la calle.

Hacia las diez de la noche ya eran varios miles las personas que esperaban la confirmación de las encuestas ante la sede del PP. Mientras tanto, la megafonía recreaba a los presentes con boleros de Antonio Machín, canciones de Gloria Estefan y del grupo español `No me pises que llevo chanclas', entre otos.

El ambiente era de fiesta. La gente esperaba confiada, como una señora de avanzada edad que preguntaba a los periodistas "¿sabe en que autonomía no hemos ganado?"

Otra mujer insistió en el número de jóvenes que se veían en la concentración. Una jóven respondió a la pregunta de Servimedia de por qué había acudido a celebrar la victoria del PP y afirmó que "ya era hora de que los sinvergüenzas calleran y que triunfara la democracia. Hasta ahora no teníamos democracia".

Mientras, el públicocoreaba distintos mensajes: "Ea, ea, ea, Felipe se cabrea" o "aquí están los jóvenes de Aznar". Un señor de 74 años, al que acompañaba su esposa, manifestó que estaba allí porque "somos españoles y creo que el PP es el único partido que ha representado los intereses de España y no la catástrofe a que nos han llevado los socialistas", a lo que su mujer añadió "con su honradez".

El señor, antiguo militante de la División Azul, recordó que los padres de los socialistas se habían llevado "el tesoro del Baco de España a Rusia".

Otra señora de edad exclamó que esperaba que ya no hubiera "fondos reservados, ni Rubio, ni Roldán" y que había esperado durante 12 años este momento.

La apoteosis se produjo cuando el presidente del PP, José María Aznar, y la plana mayor del PP salieron al estrado preparado fuera de la sede popular minutos antes de la media noche.

Los gritos y aplausos arreciaban a cada palabra de Aznar menos cuando dijo que respetaba a sus adversarios políticos. Entonces la multitud espondió con un sonoro "no, no, no". El dirigente popular guardó unos segundos de silencio tras los cuales dijo "nosotros somos gente que cuando toca hemos sabido perder y también sabemos ganar", lo que levantó aullidos de euforia entre los presentes.

Tras la intervención de Aznar, la concentración se fue disolviendo y cerca de la una de la madrugada se volvió a abrir al tráfico la calle Génova, que pasó a ser recorrida por decenas de coches que hacían sonar el claxón continuamente.