El procurador del Partido Socialista en las Cortes de Castilla y León, Octavio Granado, manifestó que son muchas coincidencias las que "se están dando en las últimas horas", por lo que considera que este tipo de actuaciones son responsabilidad de grupos organizdos.

En su opinión, estos sectores tratan de "boicotear la campaña de una formación política que se ha convertido en el enemigo más importante de los intereses particulares que han gobernado durante años la ciudad burgalesa".

Este suceso se produce poco después de que en el transcurso de la pegada de carteles con la que se inició la campaña electoral varios militantes socialistas estuvieran a punto de ser detenidos por la Policía Municipal al pretender cambiar el nomenclator de la plaza mayor de a capital, en el que se puede leer "Plaza de José Antonio Primo de Rivera".

Posteriormente aparecieron pintadas insultantes en las vallas donde se encuentra la publicidad electoral del PSOE, por lo que el Partido Socialista realizó una llamada "a todos los demócratas para que se minifiesten en contra de estas actuaciones, a la vez que reclamamos una campaña electoral pacífica que evite la mediatización de la vida política burgalesa".