Juan José Ibarretxe (PNV), Carlos Iturgaiz (P) y Javier Madrazo (IU), los tres candidatos que tienen hijos pequeños, han optado por el modelo D de enseñanza en euskera, mientras que Mosquera es el único que prefirió el modelo A, con todas las asignaturas en castellano, menos la Lengua Vasca.

Nicolás Redondo Terreros, el candidato socialista, no tiene hijos y los de Carlos Garaikoetxea (EA) estudiaron en su infancia únicamente en euskera en una ikastola.

Entre los cabezas de lista, además del candidato de EH, Arnaldo Otegi, y de Garaikoetxea Carlos Iturgaiz es el que más soltura ha demostrado durante la campaña electoral hablando el euskera y respondiendo sin problemas a las preguntas de los periodistas en esta lengua.

Ibarretxe está estudiando, pero apenas se le oye dirigirse a su auditorio en ese idioma, y Redondo asegura que está haciendo un esfuerzo de aprendizaje gracias a las clases que le da su propia mujer. Madrazo ha declarado su deseo de aprender euskera para poder practicarlo con su esposa, que es profesora de esta lengua en u instituto.

El arraigo del euskera en el País Vasco no está sin embargo generalizado. Sólo el 31% de quienes viven en esta comunidad autónoma lo conocen bien, según los datos oficiales de 1996.

Pese al empeño del Gobierno vasco por fomentar su uso, el 53% de la población no sabe hablar nada en la lengua autóctona y el 16% restante se encuentra navegando en las aguas del chapurreo.

En la pasada legislatura sólo el 17% de los plenos celebrados en el Parlamento vasco se desarrollaron en euskera a pesar de que la Cámara cuenta con servicios de traducción simultánea.

El Gobierno vasco dedica 1,5 de cada 100 pesetas del presupuesto del País Vasco a la promoción de la lengua y libera cada año a 1.175 profesores, casi todos de la enseñanza pública, para que aprendan euskera.