Según fuentes de La Moncloa, Aznar llamó personalmente a Pujol ayer por la tarde y tras la conversación, ambos íderes dieron por zanjada la polémica surgida a raiz de las declaraciones del presidente del Ejecutivo.

Esas palabras motivaron el malestar del dirigente nacionalista, quien desmintió la existencia de tal acuerdo y recordó a Aznar que la convocatoria de las elecciones catalanas le corresponde hacerla a él.

A este enfado se une el hecho de que hace dos semanas el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, instara al presidente de la Generalitat a aclarar cuanto antes cual será la fecha de las elecciones utonómicas y a mantener su intención de celebrarlas en marzo.

José María Aznar está convencido de que, tras el diálogo de ayer, no hay ninguna "fricción" con sus socios catalanes que pueda empañar las relaciones futuras.

El presidente explicó a Pujol que en ningún momento habló de pacto para convocar las elecciones generales en el año 2000 y las catalanas en marzo próximo, sino que se limitó a recordar que en las "innumerables" conversaciones entre ambos se habían mostrado favorables a cumplir co el citado calendario.

Aunque suele ser habitual que Aznar y Pujol se reunan en fechas próximas a la Navidad, por el momento no está fijado ningún encuentro entre los dos.