Los redactores de "El País" aseguran en la carta que han conocido con sorpresa sus graves imputaciones hacia miembros de la redacción. "Los testimonios de los asistentes a la comida que ha motivado sus declaraciones -compañeros en el trabajo informativo diario- nos llevan al pleno convencimiento de que la reunión tuvo un tono estrictamente profesional", recalca el comité.

La representación de los profesionales de "El País" traslada a Anguita el conteido de alguna de las normas que rigen el trabajo de la redacción, recogidas en su estatuto, que consagra, entre otros puntos, el derecho constitucional a la libertad de expresión.

"'El País' rechazará", destaca el comunicado, " cualquier presión de personas, partidos políticos, grupos económicos, religiosos o ideológicos que traten de poner la información al servicio de sus intereses. Esta independencia y la no manipulación de las noticias son una garantía para los derechos de los lectores, cuya salvauarda constituye la razón última del trabajo redaccional. La información y la opinión están claramente diferenciadas entre sí" (Artículo 3.3 del Estatuto de Redacción)

"El tratamiento que determinados medios de comunicación de Madrid han dado a sus manifestaciones -sin incluir la versión de nuestro periódico que se ofreció a través de las agencias informativas- ha terminado por convertir en esperpento conspirativo una reunión solicitada por usted y que se encuadra en los hábitos de trabajo normales decualquier redacción", subraya la misiva.

Para el Comité de Redacción de "El País", "tratar de transformar a seis periodistas en intermediarios de una fantasmagórica operación política, durante una comida de trece personas, en un restaurante, nos parece, como mínimo, de una grosería intelectual inexplicable".

La representación de los redactores del rotativo le dicen a Anguita que "tiene derecho a considerar 'persistente, obsesiva y obsesionante' la actitud de un grupo de periodistas que trataban d conocer sus previsiones postelectorales".

"Pero convertir las percepciones que usted tiene -o incluso su irritación- en acusaciones gravísimas para la redacción de este periódico, es algo que rechazamos con toda energía porque menoscaba la ejecutoria profesional de sus redactores", concluye la carta.