Alvarez Cascos, al igual que Aznar en su posterior intervención, arremetió muy duramente contra la televisión pública, de cuyo supuesto sectarismo dijo: "es mucho más grave que lo que pasa en un país totalitario", porque allí no hay oposición y en España sí.

El "número dos" del partido dijo ante el millar de candiatos y simpatizantes que el PP hará pasar RTVE "de la dictadura a la democracia".

Por su parte, José María Aznar lanzó una "advertencia en serio" al Gobierno para que no haga más actuaciones como la firma del contrato-programa con RTVE, porvalor de 60.000 millones de pesetas, comprometiendo al futuro Ejecutivo sin saber si serán los socialistas quienes gobiernen.

Aznar tuvo palabras de elogio para los profesionales de TVE -corroboradas por los aplausos de los asistentes- para los profesionales, "lgunos de ellos muy buenos", dijo, de la televisión público, pero acusó a su director general, Jordi García Candau, de manipular en la sombra la información electoral para favorecer al PSOE. El presidente del PP calificó a García Candau como el "candidato frustrado".