A sólo tres días para que los colegios electorales abran sus puertas, Guerra hizo un balance de la campaña electoral y señaló que no ha estado exenta de "una cierta dureza". A su juicio, "la incertidumbre sobre los resultados hacía prever una batalla política y electoral intensa".

No obstante, afirmó que esta intensidad se ha convertido en "auténtica crispación", porque "la derecha ha mostrado unas actitudes y unos ademanes poco democráticos en eta campaña".

"La derecha se ha dejado llevar por una euforia excesiva en su afán de hacerse con el poder y ha planteado una campaña de trincheras, de enfrentamiento directo con el PSOE, empleando una terminología violenta y revanchista, utilizando la calumnia y el insulto e intentando radicalizar a la sociedad española".

Guerra, no obstante, se mostró convencido de que "los españoles no aceptan que se quiera volver a plantear divisiones en el país, ya que conocen muy bien las consecuencias que ésas han tenido en la historia de nuestro país".

El responsable socialista destacó la trascendencia de la cita electoral del domingo y afirmó que "en las urnas se va a dirimir el futuro de España". A su juicio, "en las elecciones puede afianzarse el rumbo de progreso que este país ha iniciado o, por el contrario, se puede producir una vuelta a un pasado de atraso e insolidaridad".

El vicesecretario general del PSOE indicó que el apoyo a otras fuerzas progresistas puede beneficiar indirectamente a l derecha. "Los electores tienen que ser conscientes de que todos los votos son decisivos y que aquellos que no sean para el PSOE pueden frenar el avance del progreso iniciado por nuestro país en 1982", concluyó.