Esta fuente señaló que uno de los extranjeros que ejerció el voto, al que sólo tienen derecho los ciudadanos españoles, era un ciudadano de nacionalidad jordana, residente en España, que figuraba inscrito en el censo utilizado en este colegio electoral.

Este ciudadano extranjero exhibió su pasaporte jordano, lo que, sorprendente, fue consderado suficiente acreditación por los miembros de la mesa, los interventores y los apoderados de los partidos.

Según esta fuente, el parecer general entre ellos era que se podía votar enseñando el pasaporte, "puesto que la documentación exigida es el documento nacional de identidad, el carné de conducir o el pasaporte".

Al parecer, según admitió este miembro de la mesa electoral que aceptó uno de los votos de ciudadanos extranjeros, nadie parecía saber que sólo los ciudadanos españoles pueden voar y que el pasaporte es sólo uno de los documentos con los que legalmente puede acreditarse la identidad.

Esta misma fuente señaló que, a juzgar por los comentarios, la confusión pudo deberse a una mala interpretación de la reciente modificación de la Constitución para establecer el derecho de los ciudadanos de la CE a ser electores y elegibles en las elecciones municipales celebradas en España.