ELECCIONES 93. Crisis en Izquierda Unida (documentación) --------------------------------------------------------
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La criss que ha estallado esta tarde en el seno de Izquierda Unida es la historia de una desconfianza mútua entre los dos sectores en que está dividida la coalición: la mayoría, los "zorrocotrocos", que es la onomatopeya despectiva que utilizan los `renovadores' para dirigirse al sector afín a Anguita, por su ultracomunismo; y los "siempre dispuestos a pactar con el PSOE", que es como irónicamente tildan Anguita y los suyos a "Nueva Izquierda".
El coordinador general aglutina en torno a su figura a todo el PE, Izquierda Republicana y partidos `ortodoxos' como el PCPE (60 por ciento de apoyo); del otro lado están un pequeño partido, el Pasoc, unido a una amalgama de independientes con prestigio, caso de Nicolás Sartorius y Cristina Almeida (40 por ciento restante).
En el tiempo, la desconfianza se remonta a mayo del año pasado. Anguita impuso en la III Asamblea Federal un giro en las tesis de IU sobre el Tratado de Maastricht, desde el `sí crítico' inicial a un "no" contrala forma en que se lleva a cabo l unidad europea.
El grupo parlamentario (formado por Izquierda Unida más los diputados, independientes, de Iniciativa per catalunya) recibieron esa decisión con reparos y anunciaron que actuarían "en conciencia" y que habría libertad de voto.
En noviembre, cuando el Parlamento hubo de ratificar el Tratado de Maastricht (al igual que hicieron las Cámaras de los otros doce Estados Europeos) y el grupo de IU se dividió a partes iguales entre los que dieron un "sí crítico" (Sartorius, Castellano y Aleida, entre otros) y los que dijeron "no", Anguita advirtió amenazante: "tomo nota".
El coordinador general de IU explicó entonces que en su día (el martes pasado), cuando las bases de la coalición tuvieran que refrendar qué personas les merecen más confianza, se acordarían de la indisciplina de parlamentarios como el portavoz del grupo de IU en el Congreso, Nicolás Sartorius, de Pablo Castellano o de Cristina Almeida.
La Unión Europea, según han reconocido siempre en privado los dos sectores, noes sino el detonante de una división más profunda que afecta a todos los aspectos ideológico de la coalición y, sobre todo, a los pactos: PSOE sí o no.
LA "TAPADERA" Y LOS "BATASUNOS"
Los afines a Anguita siempre han sospechado que "Nueva Izquierda" no es sino una tapadera de personalidades de IU siempre dispuestas a dar el salto al PSOE, bien abandonando la formación, bien forzando un pacto para la próxima legislatura en la que los socialistas previsiblemente perderán la mayoría absoluta.
Y simpre acaban preguntándose "si una vez, con ocasión del Tratado de Maastricht rompieron la disciplina de voto, ¿qué nos garantiza que el día de la investidura de Felipe González -si necesita nuestros votos- no va a pasar lo mismo, o después, cuando haya que sacar adelante cualquier proyecto de ley?". Por eso, cuantos menos `renovadores' en las listas mejor, deben decirse.
En la otra orilla, Sartorius y los suyos nunca han ocultado su preocupación por la progresiva "batasunización" a la que está siendo levada Izquierda Unida de la mano de Julio Anguita y, "sobre todo", de algunos de sus asesores, algunos de ellos miembros del PCE, otros no, que son "auténticos bastiones del comunismo puro y duro". "Si antes los `zorrocotrocos' eran minoría (PCPE y otros), ahora parece que se hubiera dado la vuelta a la tortilla", dicen.
Muestra de ello, añaden los `renovadores' es el hecho de que IU, oficialmente, está cada vez más cerca de "fósiles" del comunismo como el portuguéz Alvaro Cunhal o la rama más ortodoa de la escisión recientemente producida en la Izquierda Unida Griega, y cada vez más lejos de una izquierda "razonables y renovada" como el PDS italiano de Achille Ochetto.
Estos recelos mútuos se han trasladado al debate de precampaña y en concreto a la configuración de las listas por Madrid, en donde todos los sectores quieren tener una representación `digna' por lo emblemático de la candidatura.
Anguita, escudado en un "que decidan las bases", sometió el tema a refrendo entre la militancia marileña de la coalición y la decisión democrática de estas (los `renovadores' creen que han funcionado las consignas del PCE para forzar una mayoría).
El resultado no ha podido ser más retundo contra los `renovadores', que han visto como el mejor puesto que obtiene un candidato suyo, Cristina Almeida, es el quinto (las encuestas pronostican seis escaños para IU en Madrid), mientras que Pablo Castellano y el portavoz parlamentario e `histórico' Nicolás Sartorius quedaban relegados nada menos que a los pestos octavo y noveno.
(SERVIMEDIA)
22 Abr 1993
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