La central señala que "no podemos quedarnos en el alarmismo del momento. Es necesaria una reflexión sobre un modelo social que, respecto a la inmigración, se mueve entre el cierre de puertas y el aprovechamiento interesado de la mano de obra extranjera".

Por ello, considera "urgente poner fin al enfrentamiento presete, pero también lo es prevenir futuras reacciones como la actual".

Según el sindicato, "detrás de la crisis de El Ejido está el fracaso o la inexistencia de las políticas de integración en localidades como ésta, lo que fomenta situaciones de marginalidad social percibidas por los vecinos como motivo de inseguridad".

"No se puede esperar una convivencia normal", añade la nota, "cuando miles de personas, los inmigrantes, carecen de un mínimo aceptable en sus condiciones de vida y de trabajo. El trbajo que los inmigrantes realizan, y que ha permitido el espectacular crecimiento de la renta de El Ejido y de otras localidades, se caracteriza por unas condiciones inhumanas, cobrando la mitad que un trabajador nacional".