López Garrido, que ayer visitó la localidad almeriense junto con otros representantes políticos y sindicales, aseguró que los altercados curridos sólo se pueden entender como "un brote racista clarísimo".

"Este brote racista y ataque furibundo a inmigrantes marroquíes no tiene explicación económica, ni social, porque si están ahí es por la enorme riqueza de esa zona y por el crecimiento económico que ha experimentado", dijo.

Señaló que ese sentimiento racista "ha sido azuzado por el alcalde de El Ejido (Juan Enciso, del PP), que dice que los inmigrantes vengan a trabajar a los 'plásticos', pero que se vayan a vivir a otra parte". A su juicio, Enciso "está montándose su permanencia en el cargo sobre una base social, de la que él aparece como gran protector, frente al peligro marroquí".

López Garrido dijo que "el PP no es capaz de tener autoridad sobre ese alcalde y de meterle en vereda", y aseguró que el secretario general de los populares, Javier Arenas, "no tuvo ayer la autoridad para llevar a Enciso a la reunión de la diputación".

Por otro lado, el secretario general del PDNI opinó que la integración social de estosinmigrantes "va a costar mucho trabajo", ya que "las malas responsabilidades políticas no han abordado" esta cuestión hasta ahora.

Así, dijo que el 80% de los inmigrantes de El Ejido viven en infraviviendas, lo que, a su juicio, "es el caldo de cultivo de una fractura entre dos comunidades". "El tema de la vivienda es lo que explica, fundamentalmente, los brotes de racismo", aseguró.

Finalmente, López Garrido dijo que el Gobierno demostraría su actitud "más fascista" si expulsa de España a los inigrantes irregulares que se encuentran en El Ejido. "¿Qué sentido tiene expulsar a gente que está trabajando allí y que son necesarios?", se preguntó López Garrido.