En una nota, Jiménez afirmó que "la realidad con la que nos debemos enfrentar es que no hay españoles que quieran incorporarse a las Fuerzas Armadas como soldados profesionales y de ahí que se quiera utilizar a los inmigrantes para paliar esta situación. A su juicio, "esto no resulta razonable, pues supone basar la defensa nacional en una concepción mercenaria trasnochada".

Desde la perspectiva de la política migratoria, Jiménez consideró que "si decidiesen incorporar a los emigrantes al Ejército habrá que darles la ciudadanía española, lo que choca frontalmente con la falta de reconocimiento a los derechos de los inmigrantes que evidencia la Ley de Extranjería" en vigor.

Finalmente, Jiménez se presuntó si con esta medida "no estaremos pagando l precio de lo que es una decisión precipitada -en alusión a la suspensión del servicio militar-, sin haber previsto las consecuencias de la misma".