La decisión del Ministerio de Defensa de suprimir la exigencia del certificado de estudios y de reducir de 90 a 70 -en el límite de la discapacidad psíquica- el coeficiente intelectual para ser solado profesional en las Fuerzas Armadas españolas no se plantea como un obstáculo en el objetivo de "dignificar" el oficio de militar, en contra de lo expresado por algunos sectores políticos y profesionales contrarios a dicha medida.

Según explicaron a Servimedia fuentes militares, independientemente de que el Ejército sea o no profesional, en los establecimientos militares "siempre" será necesario cubrir determinados puestos en departamentos de intendencia, administración o restauración, por ejemplo,para los que no será preciso estar especialmente dotados desde el punto de vista intelectual.

En este sentido, las fuentes consultadas apuntaron que la tendencia es la de privatizar progresivamente algunos de los servicios ordinarios que se prestan en los cuarteles militares, principalmente los de restauración o limpieza, traspasando esta responsabilidad a empresas civiles por medio de los correspondientes concursos públicos.

Sin embargo, por razones presupuestarias este objetivo aún no puede seruna realidad a corto y medio plazo. En la actualidad, reglamentariamente no se puede obligar a un soldado -profesional o que preste el servicio obligatorio- a ocupar un destino permanente en las cocinas o en el servicio de atención en bares y restaurantes de mandos militares.

Sin embargo, en función de sus capacidades y voluntariedad, los soldados aún tienen opción de prestar su servicio en estos destinos en muchos establecimientos del Ejército, sobre todo acuartelamientos alejados de núcleos urbanos. Hay, además, unidades militares específicas -cuya existencia está garantizada de por vida- como las de jardinería, servicios de mantenimiento en talleres mecánicos, electricistas y/o fontanería, o determinadas funciones administrativas, que seguirán nutriéndose de soldados, sea cual sea su capacidad intelectual, por cuanto para su desarrollo no es preciso el manejo de armamento alguno.

A estos puestos serán destinados todos aquellos soldados profesionales -y de servicio obligatorio hasta que finaice el proceso de profesionalización- que no puedan acceder a cuerpos de armas en función de sus limitaciones intelectuales y de acuerdo con lo que establece la actual legislación militar sobre este particular.

Las fuentes militares consultadas subrayaron que se ha "sobredimensionado" el alcance de la iniciativa del departamento que dirige Eduardo Serra, al tiempo que recordaron que el coeficiente intelectual establecido en el cociente 70 es el mínimo exigido para tareas tan complejas como conducir unvehículo o trabajar en una estación de servicio (gasolinera), donde los riesgos "no son proporcionalmente distintos de otros que se corren en el Ejército".