Estas plazas, de carácter temporal, serán ocupadas por un periodo máximo de ocho años, aunque los contratos son rescindibles cada año a petición del sacerdote o del arzobispo castrense.

Para concurrir a estas plazas, los candidatos deberán ser españoles, no tener más de 50 años, no haber sido separados del servicio en alguna administración pública y superar las pruebas médicas y el examen psicotécnico pertinentes. Además, deben comprometerse a prestar el servicio con "total disponibilidad y dedicación plena".

Entre los criterios de evaluación que tendrá en cuenta el arzobispo castrense, monseñor Francisco Pérez, para la elección de estos sacerdotes están la calificación de la actividad pastoral desarrollada, los méritos académicos, científicos y profesionales, la trayectoria ministerial y personal, la capacitación teológico-pastoral y los resultados de una entrevista personal con los capellanes designados para ello por el Ministerio de Defensa.

Los candidatos que sean considerados más idóneos tendrán que realizar durante tres años, a través de cursillos, un plan orgánico de formación y capacitación teológico-pastoral castrense.

En el baremo de puntuación, los sacerdotes que opten a estas plazas de curas castrenses tendrán 3 puntos si están doctorados en alguna disciplina eclesiástica y 2 por licenciatura. Si son disciplinas civiles, serán 2 por doctorado y 1 por la licenciatura.

Cada libro publicado, de tema religioso, suma 0,75 puntos, cada serie de artículos religiosos son 0,50 puntos y por otras publicaciones se conceden 0,25 puntos.