Caballos advirtió que esa medida podría originar un conflicto institucional muy serio, ya que la Junta puede condicionar todas las relaciones con el Gobierno central a que sea cesado Torres Hurtado.

Caballos recordó que hace dos meses el Gobierno andaluz planteó de manera informal a los ministros de Interior y de Administraciones Públicas el relevo de Torres Hurtado y reconoció que no ha recibido respuesta alguna. "Está a punto de caramelo", dijo.

A su juicio, Torres Hurtado está perdendo la legitimidad de ejercicio por su odio a los socialistas. Caballos indicó además que el delegado del Gobierno es "de extrema derecha".

En este sentido, calificó de imperdonable que en la visita del ministro del Interior y de Trabajo a Córdoba, para imponer la medalla del trabajo al guarda jurado herido en el atraco a un banco de la ciudad, que no se invitase al presidente de la Junta, Manuel Chaves, porque es el representante orgánico del Estado en Andalucía.

Por su parte, la secretaria genral del Grupo Popular, Ana María Corredera, dijo hoy que Caballos añora los tiempos en que Juan Guerra manejaba a su antojo la delegación del Gobierno y, por eso, le molesta profundamente la labor de Hurtado.

"Caballos echa de menos ir a tomar café a la delegación del Gobierno y no poder optar a la representación del Gobierno en Andalucía en su afán de acumular cargos", dijo. A su juicio, el PSOE lamenta que que la Delegación haya dejado de ser un coto privado para su partido en uso de su interés partcular.