EE.UU., JAPON Y LA CE LUCHAN POR ACOGER LA CONSTRUCCION DEL PRIMER REACTOR TERMONUCLEAR
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El acuerdo entre Estados Unidos, Japón y la CE sobre el lugar definitivo donde se construirá el primer reactor nuclear alimentado con hidrógeno marcará el destino y posiblemente la viabilidad del proyecto ITER (Thermonuclear Experimental Reactor), ya que en la actualidad todos persiguen ese privilegio, según aseguró hoy en Madri Charles Maisonnier, director del programa europeo de fusión nuclear.
Maisonnier ofreció una rueda de prensa en las instalaciones del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), donde previamente mantuvo una reunión con el director de Investigaciones Básicas del centro, Agustín Grau, y un grupo de investigadores españoles.
El éxito alcanzado hace unas semanas por los científicos del Joint European Torus (JET), al conseguir reproducir en dos ocasiones el proces de generación de energía mediante la fusión nuclear, impulsó el acuerdo entre EE.UU., Japón, la CE y la URSS para construir el primer reactor alimentado con hidrógeno a través del proyecto ITER.
El director del programa europeo expresó su esperanza en que el Consejo de Ministros comunitario dé el visto bueno al proyecto durante los próximos días, "para poder comenzar los trabajos en los primeros meses de 1992".
Europa deberá diseñar la parte interior de la vasija o toro de la máquina, Japón realzará la parte exterior, EE.UU. actuará como centro de coordinación y la URSS, dada la delicada situación económica que sufre, participará, fundamentalmente, aportando científicos.
Maissonier aseguró que no le preocupa "el riesgo de que el reactor se construya en Estados Unidos; esa es una posibilidad que ahora está totalmente abierta".
Sin embargo, dejó claro que la cooperación actual finalizará cuando el proyecto sea una realidad y afirmó que "jamás colaboraremos con EE.UU. o los japoneses en laexplotación comercial del reactor".
Aunque reconoció que existe el riesgo de que otros países puedan aprovechar los avances científicos obtenidos por la CE en este campo, calificó de positivo el programa ITER, "puesto que reduce costes y amplía la base científica y técnica que requiere".
Sin embargo, no concretó cuándo se decidirá el lugar donde se construirá el reactor, aunque reconoció que es poco probable que esto ocurra antes de los cinco o seis próximos años, tiempo que durarán los trabajos e diseño.
EXPLOTACION COMERCIAL
Charles Maissonier confirmó que la explotación comercial de la fusión nuclear no será posible antes de 40 ó 50 años, salvo que aumenten las inversiones previstas en investigación.
El ITER será un reactor experimental que llegará a producir 1.000 megavatios de electricidad y que deberá dar paso al futuro Reactor de Demostración (DEMO), instalación precomercial para la producción de energía eléctrica.
El International Thermonuclear Experimental Reactor requeriá una inversión superior a los 500.000 millones de pesetas, sufragados a partes iguales por las cuatro potencias. De esa cantidad, unos 100.000 millones serán absorbidos por los trabajos de diseño e investigación.
Si son respetados los plazos previstos, los trabajos de diseño se prolongarán hasta 1996, durante los ocho años siguientes los expertos deberán construir el reactor y serán necesarios otros 15 para tener a punto la tecnología termonuclear.
Maissonier insistió en que durante todo este timpo es necesaria "una participación igualitaria entre todas las partes que participan".
La distribuición de los tres centros de trabajo ha sido realizada siguiendo este criterio. Por ello, uno estará instalado en Garchin (Alemania), otro en Naka (Japón) y un tercero en San Diego (EE.UU.).
Según explico Agustín Grau, España invertirá 2.100 millones de pesetas en investigación sobre fusión nuclear durante 1992. El 65 por ciento será aportado por el Ciemat y el resto por la CE.
(SERVIMEDIA)
02 Nov 1991
GJA