Según el informe, la mayoría de los hombres y mujeres ejecutados en Estados Unidos eran personas desfavorecidas económicamente, de raza negra y con pocas o ninguna posibilidad de contar con una defensa. Amnistía Internacional asegura que muchos de los ejecutados sufrían retraso mental o eran menores de edad en el momento en que se cometió el delito.

Asimismo, el 80 por ciento de todas las ejecuciones se han llevado a cabo en el sur del país, especilemente en los estados de Texas y Virgina.

Por su parte, Nueva York, Illinois y Nueva Jersey han declarado la suspensión de las ejecuciones, y en todo el país se están planteando numerosas cuestiones sobre si el sistema de la pena de muerte es justo y eficaz.

En los últimos años, la Corte Suprema ha prohibido que se ejecute a personas con retraso mental y a quienes cometieron el delito cuando eran menores de edad.

Amnistía Internacional pide a las autoridades federales y estatales de EEUU que pongan fin de inmediato a todas las ejecuciones, ya que consideran que la pena capital "es una manera falsa de solucionar problemas sociales acuciantes y denota simplemente falta de visión política". Igualmente, destaca que ya hay 121 países que han abolido la pena de muerte.