Ambas organizaciones documentan en sendos informes varios testimonios en los que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos demoró o denegó la atención médica amujeres inmigrantes detenidas.

Así, HRW recoge casos como "engrilletar a detenidas embarazadas o no atender a mujeres con cáncer de mama o de cuello uterino".

HRW denuncia que estos abusos son "especialmente peligrosos" debido a que "la detención inmigratoria es la forma de encarcelamiento con más rápido crecimiento en Estados Unidos" y a que estos casos "permanecen ocultos a la opinión pública".

Esta organización afirma que el servicio de inmigración estadounidense, algunas veces, "olvida" hacer pruebas para detectar el cáncer de cuello uterino, mamografías, la atención prenatal, el asesoramiento a víctimas de la violencia doméstica o suministros básicos como toallas sanitarias o extractores de leche para madres lactantes.

Por su parte, el informe del FIAC señala demoras y denegación de cuidados, insuficiencia de personal cualificado, cuidado inapropiado de pacientes con enfermedades mentales y discapacidades físicas, problemas con la medicación, conducta cruel y abusiva de algunos miembros del personal clínico y penitenciario, y centros insalubres y hacinados,

"Las tasas de mortalidad en la detención parecen estar empeorando. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas detiene innecesariamente a personas que padecen enfermedades graves y a quienes no representan daño alguno para comunidades en Estados Unidos", subraya el FIAC.

Por ello, HRW y el FIAC reclamaron al gobierno de Barack Obama que fomente la libertad condicional y alternativas a la detención para personas detenidas, incluyendo a las enfermas, mujeres lactantes, embarazadas y solicitantes de asilo, y emitir regulaciones federales para que los detenidos sin atención médica puedan defenderse en los tribunales.