PP y PSOE hicieron públicas, en rueda de prensa, sus propuestas y garantizaron que éstas figurarán en sus programas para las próximas elecciones generales.

Los populares, que aseguran contar con el respaldo de sus socios nacionalistas, están satisfechos de su política de becas y ayudas para la compra de libros, que ahora ofrecen extendr a las familias que no tengan obligación de presentar declaración del IRPF.

Si el PP revalida la victoria en los próximos comicios, también se compromete a dar becas de estudio, sea cual sea su nivel de renta, a los alumnos discapacitados y a los hijos de familias numerosas. Además, propone crear un fondo nacional para dotación de bibliotecas de aulas.

El texto presentado por el PP no cuantifica el coste de estas promesas, y remite para ello a un grupo de trabajo que constituiría la Conferencia ectorial de Educación (formada por Gobierno y comunidades), organismo que decidiría los niveles educativos afectados y las modalidades de financiación.

Juan Carlos Guerra Zunzunegui, portavoz del PP, afirmó que la gratuidad universal es injusta, porque beneficia a las familias con altos ingresos. El diputado popular denunció las "prisas que le han entrado a los socialistas por prometer cosas que ellos no hicieron cuando gobernaron". A este respecto, dijo que el Gobierno del PP ha sido el primero que h dado pasos en favor de la gratuidad.

68.000 MILLONES

Las propuestas del PSOE defienden la gratuidad y están más detalladas, tanto económicamente como en su modo de aplicación. Este partido se compromete a aplicarla a partir del curso 2000-2001 si gana las elecciones, según su portavoz de Educación, Clementina Díez de Baldeón.

El principal partido de la oposición quiere llegar a la gratuidad universal en un plazo de tres ejercicios presupuestarios, a razón de un ciclo de Primaria y uno de Secunaria por curso académico a partir del próximo año.

El PSOE prevé un gasto de 15.000 pesetas por hijo en Primaria y 20.000 pesetas en Secundaria, lo que supondría un total de 68.000 millones de pesetas en los Presupuestos del Estado, a repartir en tres años en la primera fase de instauración gradual de la gratuidad, y luego a aplicar por cada curso a partir del cuarto año.

El PSOE propugna la gratuidad no sólo para los libros, sino también para los cuadernos de trabajo complementarios. Deja fuera tros materiales que había barajado inicialmente, como los lapiceros o los cuadernos de escribir. El coste total del material tendría un límite.

El dinero figurará en los presupuestos, será distribuido de manera equitativa a las comunidades y serán los centros los que gestionen las cantidades que reciban. Ellos decidirán si recogen los libros a final de curso o los renuevan cada año. El dinero que les sobre como remanente puede ir para la compra de materiales de biblioteca. La adquisición de los librosse hará centros de venta al público.

Díez de Baldeón dijo que la propuesta del PSOE es perfectamente asumible. Recordó que los 68.000 millones de pesetas que costaría sólo supondrían el 1,66 por ciento del gasto educativo.

Para los socialistas, su postura va en sintonía con lo que se practica en otros países del entorno europeo y da respuesta a una "enorme presión social" que hay en España en favor de la gratuidad, plasmada en la iniciativa legislativa popular presentada por la CEAPA en el Congreo.

A su juicio, la situación actual es discriminatoria para la gran clase media, ya que sólo las familias con menos ingresos tienen acceso a las ayudas,al tiempo que los padres con más ingresos tienen también derecho a la desgravación fiscal de 25.000 pesetas.

En representación de IU, la diputada María Jesús Aramburu defendió la gratuidad universal de los libros como única manera de dar respuesta al derecho a la enseñanza gratuita obligatoria prevista en la Constitución.

Aramburu denunció qu la industria del libro tiene intereses profundamente poderosos en España, que obstaculizan la gratuidad.