Nasarre explicó que desde el Ministerio de Educación se habían detectado casos de esta práctica y "forma parte de una sociedad madura el no ocultar el problema. Todo se tiene que debatir".

A su juicio, "en una sociedad demogrática y transparente no se puede ocultar los problemas de cualquier realidad nacional, bien sea en educación o en sanidad".

En cuanto a la polémica sobre la enseñanza de la historia, Nasarre señaló que el ministerio sólo pretendeque ésta "no se presente mutilada ni condicionada por visiones políticas, porque lo que preocupa es que no se produzca un declive en la enseñanza secundaria".

"Es un disparate tener una visión oficial de la historia", dijo, "porque es la calidad de los historiadores la que debe ofrecer la realidad de nuestro pasado histórico".