El uso de dichos libros de texto fue denunciado por la diputada socialista Consuelo Rumí, ue se dirigió al Gobierno para preguntarle por su actuación en relación a este asunto.

En su respuesta, el Ministerio de Educación recuerda que los libros de texto y material curricular usados en las enseñanzas de régimen general están sujetos a supervisión de la Administración educativa, que cuida de que en ellos quede reflejado el espíritu constitucional y el respeto por los derechos y las libertades.

Si embargo, las enseñanzas que se imparten en las agrupaciones de lengua y cultura españolas n están sujetos a esta normativa y cada agrupación puede usar materiales de apoyo a las enseñanzas impartidas por cada profesor basados en textos históricos o literarios de su elección.

Por tanto, dicho material no está sujeto a la revisión del Ministerio, pese a los cual "se viene examinando en el curso de las distintas visitas que realiza a las agrupaciones la Inspección de Educación", según consta en la respuesta del Gobierno a Rumí.

En el momento en que la Inspección tiene conocimiento del usode textos que "no resultan pedagógicamente adecuados", lo comunica a los órganos competentes de Educación, que da "las recomendaciones precisas" al centro en cuestión.

Por ello, en el caso denunciado por el PSOE, Educación puso en marcha "las inspecciones precisas" para analizar y, en su caso, retirar "todo el material que no responda a las exigencias contenidas en la Constitución española" y en el resto de la normativa.

Además, Educación informa a Rumí que desde enero pasado ha iniciado un progrma de elaboración de materiales didácticos que intenta unificar los textos usados en las aulas de lengua y cultura españolas.

El programa estará culminado, según las previsiones del Gobierno, en el año 2002, con la publicación de textos escolares acompañados de libros de ejercicios para los alumnos que faciliten la "compleja tarea encomendada a los profesores que atienden las enseñanzas de lengua y cultura españolas en el exterior".