El informe, realizado en colaboración con UNICEF por encargo de la Comisión Mixta Congreso-Senado, es fruto de un estudio entre 3.000 alumnos de ESO de 300 centros públicos y privados.

La modalidad de abusos entre escolares más frecuente en el sistema educativo español es la agresión verbal por parte de otros compañeros, y afecta a n tercio de la población.

El porcentaje disminuye hasta un quinto en los casos de agresiones dirigidas a las posesiones de los escolares, en concreto que sus compañeros les escondan las cosas.

Entre el 14 y el 9 por ciento de los escolares son víctimas de exclusión social, en particular porque sus compañeros les ignoran o no les dejan participar en actividades diversas.

Las agresiones físicas oscilan en torno al 5 por ciento y las amenazas sólo para meter miedo son sufridas por algo más delpor ciento.

Por lo que se refiere a las agresiones más graves, el chantaje y las amenazas con armas son inferiores al 1 por ciento de la población, y el acoso sexual ronda el 2 por ciento.

VIOLENCIA VERBAL

Las víctimas más frecuentes son las del primer año de ESO, que sufren agresiones por parte de compañeros de cursos superiores. El aula es el principal escenario de los malos tratos. Entre las niñas, la violencia suele ser más de carácter verbal, mientras entre los niños es más frecuente la volencia física y a veces sexual.

Alrededor de un 36 por ciento de los casos se comunican a la familia, aunque esta frecuencia aumenta cuando el maltrato consiste en no dejar participar y en las amenazas para obligar a hacer algo, con armas o sin ellas. Al profesorado apenas se le cuenta lo ocurrido, pero asegura que la violencia escolar ha crecido en sus centros en los últimos tres años.

"Hoy por hoy, el panorama de los malos tratos entre iguales en España no es alarmante. El no calificarlo de alrmante no autoriza en absoluto a considerar que la situación sea buena, mucho menos aún óptima, y ni siquiera aceptable", señala el informe, que dice que la legislación sobre este asunto en España en adecuada.

En sus recomendaciones a las administraciones educativas, el Defensor aconseja la creación de un "observatorio del maltrato" o una institución similar de ámbito estatal.

También propone que se realicen periódicamente estudios que permitan conocer la situación real y la evolución de las condctas agresivas en los centros educativos.

Entre los contenidos curriculares, Alvarez de Miranda pide que se incluyan enseñanzas relativas a prevención, detección y resolución de conflictos de violencia escolar.