Según el diario "Le Monde", el Sindicato de Editores y la Sociedad de Autores en Francia señala que seguirán luchando para "que la propiedad intelectual de las obras prestadas en las bibliotecas públicas sea efectivamente respetada" y que no entienden por qué "el libro sigue siendo el único producto cultural que carece de valor a los ojos de los que lo toman en préstamo".

Por su parte, Catherine Tasca asegura que hacer agar por el préstamo de libros "supondría una regresión democrática", y que intentará conciliar "el derecho legítimo de los autores a una remuneración justa y el mantenimiento de una política pública de gratuidad para el acceso al libro".