La intención al editar esta obra, prearada y dirigida por los historiadores Joaquín Fernández Pérez e Ignacio González Tascón, es conmemorar la inauguración del Real Gabinete de Máquinas en 1972, que reunía una singular colección de modelos, planos y memorias, así como de máquinas útiles para las manufacturas y la artes.

Esta colección, calificada por Luis Oro, secretario general del PN de I+D, como "la más completa de su época", fue posible gracias al encargo que hizo el conde de Floridablanca al ingeniero Agustín de Bentancourt, que cotó con la colaboración del científico Juan López de Peñalver y otros técnicos ilustrados que formaron un equipo al que se denominó "grupo hidráulico".

El objetivo de este gabinete, que en su época reunía ya modelos y planos de máquinas de vapor de doble efecto de Watt y Boulton, era servir de laboratorio práctico para la formación de los ingenieros de Caminos y Canales, precisamante en un momento en que España iniciaba su modernización.

La colección de máquinas no ha llegado hasta nuestros días, ero sí el catálogo que hiciera López de Peñalver y la descripción de algunas de ellas, que se reproducen en este volumen.

El componente gráfico de la obra es también de importancia, puesto que incluye más de 200 grabados elaborados por Bartolomé Sureda mediante la novedosa técnica de la "aguada", que posteriormente este artista enseñaría a Goya.

Entre las máquinas "de más general utilidad" que describe López de Peñalver figuran una para hacer clavos pues, según dice, el uso de éstos "es tan comúny necesario, que no puede dexar de merecer alguna atención un medio de hacerlos con brevedad, y por consiguiente de abaratarlos".

También figuran máquinas para "devanar varias madexas a la vez", grúas para puertos de mar, carros y carruajes, y otras reflexiones para la construcción de termómetros y sobre balancines de las bombas de fuego.

Respecto a los ingenios que formaban parte del catálogo rescatado del Real Gabinete destacan una máquina para segar hierba, compuertas de diques y esclusas, un olino para devanar seda y la máquina para doblarla, un traje de buzo para realizar trabajos constructivos submarinos, diversos sistemas para construir puentes y otros para desaguar minas.

Otras instalaciones que sorprenden son un molino flotante accionado por la corriente para ser instalado en el río Guadalquivir, las plantas y alzados de faros y chimeneas, máquinas para fundir cañones y metales y una cabria, cabestrante y martinete para hincar pilotes.