Esta era una vieja aspiración de las Cortes catalanas, y que ahora se materializa fruto de la ejecución de un convenio entre el propio Parlamento, el Gobierno y el consistorio barcelonés firmado en 1999.

El edificio del Parlamento se construyó inicialmente como arsenal de la Ciudadela tras la invasión borbónica de Barcelona. Más de un siglo después, en 1869, pasó a manos del Ayuntamiento de la ciudad, que lo transformó en palacio real con motivo de laExposición Universal de 1888.