En declaraciones a Servimedia, Vicens afirmó que "nunca estaremos a favor de una fómula, sea la que fuere, que suponga el pago de una especie de entrada a las islas por parte del turista. Esto nos parece una barbaridad".

Por el contrario, apostó por derivar dicha carga impositiva hacia los empresarios del sector turístico. En este sentido, recordó la experiencia del "canon del agua", un impuesto que aprobó en su día el Ejecutivo isleño y que se suma al pago de la tarifa normal por agua potable, con el fin de paliar los efectos de la escasez de agua en el archipiélago y hacer frente l aumento en el consumo que se produce durante la temporada turística.

En el caso de que el Gobierno balear siga adelante con su proyecto de creación del citado impuesto ecológico, el responsable de Fomento exigió que su aplicación afecte por igual tanto a los turistas como a los residentes, "para que no se produzcan discriminaciones", así como que su desarrollo "sea sencillo y no haga más compleja la administración de las empresas privadas".