De Silguy resaltó que el lento crecimiento económico mundial es temporal, por lo que no impedirá que la economía europea alcance durante este año un ritmo más acelerado, como lo demuestra la evolución monetaria reciete, que ha reforzado la confianza de los agentes económicos.

Esta situación repercutirá en el empleo, que aumentará en un 0,8 por ciento durante 1999 y en el mismo porcentaje en el 2000. Asimismo, De Silguy apuntó que los países comunitarios deben ponerse de acuerdo en el primer año del euro para coordinar el contenido "preciso, operacional y no edulcorado de las políticas económicas".