LA ECONOMIA SUMERGIDA MUEVE EN ESPAÑA 12 BILLONES AL AÑO, SEGUN UN ESTUDIO
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La economía sumergida mueve en España unos 12 billones de pesetas al año y represena una producción equivalente a alrededor del 17 por ciento del PIB oficial, no contabilizada en las estadísticas.
Esta es la conclusión del estudio realizado por Ignacio Mauleón, profesor de la Universidad de Salamanca, y Jordi Sardá, profesor de la Universidad Rovira i Virgill, bajo el título "Estimación cuantitativa de la economía sumergida en España", que publica el último número de "Economiaz", una revista especializada en economía que edita la Consejería de Trabajo del Gobierno vasco.
La invstigación, que abarca el periodo comprendido entre 1973 y 1996, se basa en que la economía sumergida opera principalmente con dinero en efectivo, por su opacidad fiscal, y estima el capital que maneja restando al dinero en circulación la parte demandada por la economía legal.
El estudio, cuyas estimaciones están realizadas en pesetas constantes de 1990 para evitar las distorsiones de la inflación, calcula que en 1996 la economía sumergida generaba una producción equivalente al 16,8 por ciento del PIB ficial. En cifras absolutas, eso son 9,23 billones, en pesetas constantes de 1990, y unos 12 billones, en pesetas corrientes del 96.
De acuerdo con este estudio, la economía sumergida suponía el 12,3 por ciento del PIB oficial en 1973, cuando la actividad productiva generaba casi 4 billones, y alcanzó su punto máximo en 1979, cuando llegó a suponer una cantidad igual al 18,5 por ciento del PIB oficial. Una cota parecida no volvió a darse hasta 1993, cuando alcanzó el 18,4 por ciento, coincidiendo con a peor crisis de la economía española desde los "shocks" petrolíferos.
PRESION FISCAL
Los autores del estudio señalan que "la proporción de la economía sumergida sobre la observada depende de la presión impositiva, medida en este estudio a través del tipo medio de las cotizaciones totales efectivas".
"Una implicación inmediata de este resultado", añaden, "es que un aumento de la presión impositiva no se traduce en un aumento igual de la recaudación: la razón es que, al aumentar la presión fisca, parte de la economía legal pasa a ser sumergida, para así evitar los impuestos".
"De acuerdo a los cálculos de este trabajo, por cada aumento de un punto porcentual en el tipo impositivo, la recaudación solamente aumentaría entre 0,8 y 0,85 puntos porcentuales, aproximadamente. Por la misma razón, un descenso de presión impositiva de un punto porcentual, solamente supondrá una pérdida de ingresos fiscales entre 0,8 y 0,85 puntos".
El estudio detecta igualmente que la proporción de la economía smergida sobre la legal crece en los periodos de crisis y disminuye en los de bonanza, dato que abunda en la idea de que "se producen continuos y significativos desplazamientos entre el sector legal y el sumergido".
COMPARACION INTERNACIONAL
Pese a la espectacularidad de las cifras, las estimaciones de estos investigadores quedan incluso por debajo de uno de los últimos análisis comparativos realizados a nivel internacional, para cotejar la importancia de la economía sumergida en las economías europes.
Concretamente, un estudio del profesor Friedrich Schneider, de la Universidad de Linz (Austria), referido al año 1994, situaba la economía sumergida española como la segunda más importante de los países desarrollados, con un 22,3 por ciento del PIB oficial, sólo precedida por la de Italia, con un 25,8.
A continuación figuran Bélgica (21,4), Suecia (18,3), Noruega (17,9), Dinamarca (17,6), Irlanda (15,3), Canadá (14,6), Francia (14,3), Holanda (13,6), Alemania (13,1), Australia (13), Gran Bretaa (12,4), Estados Unidos (9,4), Austria (6,7) y Suiza (6,6).
La economía sumergida es notablemente superior en la mayoría de los países de Europa del Este: Polonia (32,8), Hungría (31), Eslovaquia (22,3), República Checa (15,4) y Croacia (28,69).
Según el autor de esta investigación, también recogida en el último número de "Economiaz", "existen poderosas razones por las que los políticos de numerosos paises de Europa occidental han de preocuparse por el tamaño y el crecimiento" de la economía extaoficial, ya que parece reflejar "una reacción de los ciudadanos ante una sobrecarga de las actividades estatales (como unos impuestos elevados o un creciente número de normativas reguladoras)".
"Bajo una economía sumergida en crecimiento", explica, "la política económica se basa en indicadores 'oficiales' erróneos (como la tasa de desempleo, la fuerza laboral oficial, la renta, el consumo), de los que, como mínimo, se puede decir que no resultan exactos en cuanto a su magnitud".
"En una situació como ésta", advierte, "la expansión de la economía sumergida puede provocar serias dificultades a los políticos, puesto que, al 'proporcionar' indicadores oficiales poco fiables, la orientación de las medidas políticas planeadas podría ser discutible".
(SERVIMEDIA)
25 Mayo 1998
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