Los expertos del Ministerio de Economía están convencidos de que las turbulencias políticas que atraviesa España apenas están afectando a las decisiones de inversión, como muestran los últimos datos sobre la producción industrial y la compras de bienes de equipo.

A su juicio, esos datos de coyuntura demuestran que los empresarios se fijan más en los datos económicos y no se dejan arrastrar por los escánalos políticos, que sí pueden afectar algo más a la confianza de los consumidores, que todavía se encuentra retraida.

Eso permitirá que el crecimiento económico de 1996 sea superior "en unas décimas" al de 1995, que se situará entre el 3,2 y el 3,3 por cien, alrededor de medio punto superior al fijado en los Presupuestos del Estado, que era del 2,8 por cien.

El Ministerio de Economía piensa también que la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre del año permite vaticinar que el empleo mdio de 1995 será superior en 300.000 puestos de trabajo al de 1994, en lugar de los 180.000 inicialmente previstos.

Sin embargo, cree que será difícil mantener ese mismo ritmo de creación de empleo en 1996, porque los efectos de la reforma laboral "se difuminarán" y no tendrán ya el mismo impacto sobre el paro.

NO SUBIRAN LOS TIPOS

Por otra parte, el Ministerio de Economía está convencido de que el Banco de España no aplicará nuevas subidas de tipos de interés tras el verano, ya que la inflació se encuentra bajo control y podría situarse en la primavera de 1996 "en torno al 4 por cien".

Para ello, considera necesario que los salarios sigan manteniendo la moderación de los últimos dos años y que en 1996 no crezcan más que la inflación prevista, ya que eso ha sido, en opinión del departamento de Pedro Solbes, "fundamental" en los buenos resultados del empleo en el primer semestre de este ejercicio.

La principal preocupación del Ministerio de Economía en estos momentos es la tramitación d los Presupuestos del Estado para 1996, y la actitud que mantendrá Convergencia i Unió, de quien depende que salgan o no adelante.

El Gobierno se enfrenta al problema de cumplir su objetivo de situar el déficit público en el 4,4 por ciento del PIB a finales de 1996 y al mismo tiempo tener que atender las peticiones de CiU sobre el fomento de la "economía productiva", algo que en la práctica se traduce, entre otras cosas, en la solicitud de una rebaja de impuestos a las empresas mediante exenciones y bnificaciones fiscales, lo que compromete el objetivo de déficit.