La nueva confederación se ha marcado como objetivo principal conseguir cambiar la política hidráulica de Gobierno, por considerar que está basada en la construcción de grandes pantanos y trasvases de enorme impacto social y territorial.

Como alternativa, vecinos y ecologistas proponen una gestión del agua encaminada a satisfacer las necesidades reales de la población y respetuosa con el medio ambiente.

Entre los miembros de la confederación se encuentran afectados por embalses ya construidos, como el de Riaño, y otros en proyecto o en fase de construcción, como los de Itoiz, Yesa, Rialb, Biscarruesy Jánovas, así como la Coordinadora antitrasvase del Ebro y la Coordinadora Aragonesa de Pueblos Afectados por Embalses.

En la reunión de hoy acordaron plantear oposición a los distintos proyectos del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente (MOPTMA), pedir a los partidos políticos que tomen en consideración la necesidad de una política de aguas menos agresiva con el medio natural y social y cooperar en la elaboración de estudios alternativos a los oficiales.