La planta supondría una inversión de 2.100 millones de pesetas, ocuparía una superficie de 78.000 metros cuadrados y permitiría el almacenamiento de 129.000 metros cúbicos de productos derivados del petróleo.

Su funcionamiento, según los grupos opositores, conllevaría un tráfico de unos 150 camiones diarios y un movimiento de 60 buques al año, lo que según los eclogistas supone "un peligro para el medio ambiente y para las personas en general", por lo que están recogiendo firmas de ciudadanos contra el proyecto. De llevarse a cabo, se crearían entre 25 y 30 puestos de trabajo directo y unos 200 indirectos.

El muelle y zona portuaria del Bajo de la Cabezuela fue proyectado para instalar una planta similar, según informó en su día el actual presidente de la Autoridad Portuaria, Agustín Domínguez.

La compañía Van Ommersen Tank Terminal espera obtener los pemisos de las autoridades españolas en las próximas semanas con la intención de iniciar durante la segunda quincena de noviembre las obras, que tendrían una duración de 18 meses.

El proyecto de la multinacional holandesa está siendo revisado por los técnicos del Ayuntamineto de Puerto Real y aunque el equipo de gobierno que preside José Antonio Barroso lo conocía desde un principio aún no se ha pronunciado.

Los ecologistas consideran irregular que algo que afecta a Puerto Real por sus consecuencia nocivas esté siendo estudiado en Cádiz, sin oir a los representantes puertorrealeños.