Al tapar estas aberturas, se impide que recojan las aguas de lluvia y, "lo que es peor", que puedan salir las aguas al exterior, lo que puede originar "una catástrofe por un reventón en cualquier sitio".

"Si viniera una tromba de agua, cosa nada rara en esta época y esta zona, podría ser desastroso para los vecinos, ya que no sólo las calles serían ríos al no absorber agua por las rejillas, sino que ante un atasco de las conducciones subterráneas podría haber reventones", relata Ecologistas en Acción.

"Parece ser que el motivo son los malos olores que despiden y la proliferación de cucarachas, pero no es metiendo la mierda bajo la alfombra la mejor manera de vender el pueblo al turismo", prosiguen los ecologistas.

Por esta razón, piden al ayuntamiento de la localidad que retire el asfalto con el que han tapado las rejillas de las calles y "estudien soluciones más imaginativas para combatir los olores e insectos".