Según la Coda, los sedimentos del fondo marino de la ría onubense son tóxicos y proceden de la importante cantidad de residuos vertidos durante los últimos años por las industrias químicas del polígono de Huelva y las empresas mineras a los ríos Odiel y Tinto.

La coordinadora ecologista mantiene que incluso Egmasa, la empresa pública andaluza encargada de la gestión de los residuos, desaconsejó el dragado de la ría y el almacenamiento de los sedimentos en unas balsas situaas en las inmediaciones de las Marismas del Odiel.

Sin embargo, el acuerdo alcanzado en verano de 1994 entre la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, la Agencia de Medio Ambiente de Andalucía y la autoridad portuaria de Huelva ha permitido iniciar el dragado de la ría y el depósito de los sedimentos en las polémicas balsas, por considerar estos organismos que los materiales procedentes del dragado no son tóxicos ni peligrosos.

Esta decisión motivó las críticas y oposición de Izquierda Unida, elPartido Andalucista, CCOO, UGT y la Coordinadora Ecologista de Huelva.