La Iniciativa Legislativa Municpal, contemplada en la ley 2/85 de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, establece que cualquier texto de ley que sea apoyado por al menos seis municipios de esta comunidad con un censo conjunto no inferior a 20.000 electores, debe ser discutido en las Cortes regionales.

Hasta la fecha, los grupos ecolgistas cuentan con el apoyo de los municipios de Anchuras y Argamasilla de Alba, en Ciudad Real; Cañizares y Tarancón, en Cuenca; Madrigueras y Villamalea, en Albacete, y Azuqueca de Henares, en Guadalajara.

La comarca de las sierras de la Higuera y San Vicente tiene una extensión de unas 40.000 hectáreas y está situada en el norte de la provincia de Toledo, limitando con Avila y Madrid.

A juicio de los ecologistas, ese espacio "singular" posee extensos robledales, pinares, castañares y encinares lo que constituye el hábitat de especies poco comunes, entre las que destaca el águila imperial, la cigüeña negra, el búho real, el águila calzada, el águila culebrera, el azor, el milano real, el gato montés y el tejón, entre otros.

Los grupos ecologistas realizan esta propuesta "para obstaculizar la construcción de un cementerio nuclear definitivo para residuos de alta radiactividad que sería el objetivo último de las investigaciones que la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) y el Centro de Invesigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) realizan en la finca 'El Berrocal', de Nombrela (Toledo), dentro del parque".

Así, la ILM recoge la prohibición de construir en el parque "instalaciones de almacenamiento, depósito, vertido, incineración o tratamiento de residuos radiactivos, tóxicos o peligrosos" y "la realización de estuidos científicos en su macizo granítico".

Finalmente, según los portavoces de los ecologistas, la conservación de ese espacio natural "supone una apesta por el futuro y el desarrollo en armonía de la naturaleza".