Para este colectivo, el proyecto de crear una planta de desalinizadora en las antiguas instalaciones de la central térmica de El Zapillo, situada en la playa de Almería, supondía una disminución de la calidad de vida de los ciudadanos de quella zona y tendría un efecto negativo sobre los comercios del paseo marítimo.

La coordinadora ecologista considera que este proyecto tendría también un coste energético importante. Según señalaron, el uso de fósiles (carbón, fueloil o gas natural) contribuye al calentamiento global del planeta, un fenómeno "que tendrá efectos muy negativos para los recursos hídricos para toda la cuenca mediterránea".

Los ecologistas aseguraron que "sólo se puede admitir la desalinización, utilizando para ello nergía solar, y máxime si se tiene en cuenta que en la central de Tabernas hay tecnología más que suficiente para este uso de la desalinización del agua del mar, sin necesidad de recurrir a esta vieja (central) térmica, que lo único que haría sería contaminar el medio ambiente".