En declaraciones a Servimedia, Paco Segura, responsable del Área de Transportes de Ecologistas en Acción, explicó que en los años 60 y 70 practicamente todas las ciudades europeas, sobre todo las occidentales, entraron en la dinámica de dar más facilidades al uso del coche, siendo los tranvías una de las víctimas más claras.

Indicó que esa tendencia ha ido deteniéndose en bastantes ciudades europeas y que actualmente se está en un proceso contrario de buscar una mejor calidad de vida, reduciendo el ruido, la contaminación y la siniestralidad y apostando nuevamente por el tranvía.

Sin embargo, denunció que ciudades como Madrid están "claramente atrasadas, ya que seguimos invirtiendo una cantidad brutal de dinero en favorecer el tránsito de coches". Indicó que en esta línea de favorecer al vehículo privado van las obras del Ayuntamiento en la M-30.

Para Segura, el tranvía puede cumplir un papel "importantísimo" en las ciudades, ya que es mucho más barato de explotación que el Metro, que exige una obra civil y un mantenimiento más costoso, y es menos costoso energéticamente.

Además, según Segura, el tranvía no produce emisiones en el medio urbano y resta espacio a los vehículos privados, obligando a un menor uso del coche y contribuyendo a reducir la congestión del tráfico.

"En nuestra gran ciudad lo que sobran son humos, ruidos y coches", concluyó Segura, quien recordó que Madrid es actualmente la zona metropolitana europea con más kilómetros de autovías y autopistas en relación con la población que tiene, y, sin embargo, "es la ciudad del atasco".