A su llegada a la ciudad, los duques de Lugo fueron recibidos a las puertas de la casa consistorial por el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga Iribarne, y por el alcalde de la ciudad, Joaquín García Díez, así como por numerosas autoridades civiles y militares.

Después de descubrir una placa conmemorativa de la ilustre visita en la entrada del palacio municipal, la infanta y su esposo se dirigieron al despacho del alcalde, dode la infanta fue obsequiada con un broche de oro blanco macizo que representa la muralla de Lugo y el río Miño. Jaime de Marichalar recibió un pasador de corbata y unos gemelos de oro con incrustaciones representativas del escudo de la ciudad y la corona ducal.

El alcalde de Lugo reiteró, en su discurso de recibimiento, el orgullo que supone para la ciudad la decisión del rey don Juan Carlos de imponer en título de duquesa de Lugo a la infanta con ocasión de su matrimonio.

Al término de su alocuión, García Díez recordó su obligación de mostrar a la duquesa "la imagen del Lugo real que viven todos los lucenses, un Lugo con problemas que quiere consolidarse como una ciudad universitaria, fomentar el turismo local y provincial, nuestra industria y nuestro pequeño comercio, así como conservar nuestro patrimonio ecológico y monumental".

La duquesa de Lugo, por su parte, se dirigió a los ciudadanos, a los que indicó que "el mejor tesoro de Lugo es el carácter de sus habitantes, sobrio como sus marvillosas murallas y como ellas, fuerte en sus convicciones y constante en el esfuerzo".

Además, la infanta se mostró orgullosa de ostentar el título de duquesa de la ciudad y manifestó que "vuestro ejemplo aumenta el orgullo que llevo al llevar este título que tanto nos honra y al que consideramos testimonio y señal de nuestro compromiso con todos vosotros".

Tras las salutaciones oficiales, doña Elena firmó en el libro de honor de la ciudad. Antes de abandonar la sede municipal los duques saludarn desde el balcón de la casa consistorial a los numerosos ciudadanos que siguieron la visita.

Posterirmente, los ilustres visitantes efectuaron un visita a la catedral y la milenaria muralla y asistieron a un almuerzo en la sede de la Diputación Provincvial, en la que departieron con las 90 personas representativas de todos los estamentos sociales, políticos, económicos y deportivos de la ciudad.

Sobre las cuatro y media de la tarde los duques de Lugo dieron por terminada esta primera visita a laciudad, tras recibir durante cuatro horas el cariño de una población que esta mañana estuvo a punto de agotar las existencias de paraguas en los comercios, para que la lluvia no aguase el ambiente de fiesta popular que se respiró hoy en la ciudad de las murallas.