Según informa el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), la investigación se ha desarrollado a partir de la observación de razas tradicionalmente consideradas agresivas, y concluye que los factores externos, modificables y dependientes del dueño, influyen más en estos animales.

Algunos de los factores que provocan agresividad en los canes son el hecho de que los dueños no hayan tenido un perro antes, no someterlo a un entrenamiento básico de obediencia, consentir o mimarle en exceso, no emplear el castigo de tipo físico cuando sea necesario, adquirirlo como regalo o capricho o dedicarle poco tiempo en general y en sus paseos.

El desconocimiento de todos estos factores potenciaría este tipo de agresividad y conformaría lo que coloquialmente se puede llamar como darle "una mala educación a un perro".

Los investigadores estudiaron 711 perros (354 machos y 357 hembras), de los que 594 eran de pura raza y 117 mestizos mayores de un año.

Entre las razas observadas destacan el bullterrier, el american pitbullterrier, el pastor alemán, el boxer, el rottweiler, el dobermann, y razas aparentemente más dóciles como el dálmata, el setter irlandés o el labrador retriever.