Según el dueño, el burro estaba en tratamiento veterinario porque padecía convulsiones. Al encontrarlo sin señales de vida creyó que había muerto y decidió enterrarlo en una escombrera, ya que en Cáceres no existe servicio municipal de recogida de animales muertos.

La Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (Anda) y la Asociación Protectora de Animalesde Cáceres creen que el propietario dice la verdad y no actuó con crueldad.

Sin embargo, lamentaron que incluso en el supuesto de que hubiera existido intencionalidad en la acción no se hubiera podido actuar legalmente contra el responsable, ya que en Extremadura no existe Ley de Protección de los Animales.

El burro fue encontrado el pasado lunes por unos niños, que le hallaron enterrado, aunque asomaba la cabeza. No obstante, el animal tuvo que ser sacrificado, debido al precario estado de saludque presentaba.