En un momento de la perseución, el secuestrador cogió al niño por una pierna, lo sacó por la ventanilla del coche -con el que circulaba en dirección prohibida- y amenazó con lanzarlo a la calzada.

Pasadas las 12,30 de la mañana, Emilio Ariza, un vecino del barrio granadino de Almanjayar, una de las zonas más marginales de la capital, sacaba el coche del garaje de su domicilio, situado en la calle Joaquina Eguaras, cuando un hombre le exigió que se lo diera.

El asaltante amenazó con dispararle con la pistola que llevaba yle obligó a permanecer en el interior del vehículo, junto con su hijo, Javier Ariza Corral, de 18 meses.

Poco después, M.G. obligó a Emilio Ariza a saltar del coche en marcha y a que dejase al niño con él. El hombre avisó a la policía, que persiguió al secuestrador por varias calles del barrio.

Al percatarse de la presencia policial, el raptor tomó la circunvalación de Jaén en sentido contrario. Según la Jefatura Superior de la ciudad, en algunos momentos alcanzó los 140 kilómetros por hora.

ELBEBE POR LA VENTANILLA

Los agentes comenzaron a disparar para tratar de interceptar al secuestrador y entonces éste cogió al niño por una pierna, lo sacó por la ventanilla izquierda delantera mientras conducía y amenazó a las fuerzas de seguridad con lanzarlo a la calzada o colocárselo como escudo para hacer frente a las balas.

Los agentes de la Policía Local, que circulaban en paralelo con el vehículo robado, alcanzaron con sus disparos a una de las ruedas y obligaron a M.G. a detener el vehícul, después de que colisionase con otro coche policial y el bordillo de una acera.

El secuestrador emprendió la huida y lanzó al aire al pequeño, que fue cogido por uno de los agentes antes de que se estrellara contra la calzada.

Poco después, el delincuente fue reducido en la calle Fray Juan Sánchez Cotan, tras mantener una pelea con dos agentes que resultaron heridos con diversas magulladuras.

Tras la detención, los vecinos del barrio pretendieron linchar al detenido, lo que fue impedido porlos policías, que tuvieron que contener a una multitud de personas.

El niño fue trasladado a un centro sanitario, donde fue reconocido. El pequeño no presentaba daños físicos, aunque tenía un fuerte "shock" emocional.