Los últimos en hacerlo han sido los dirigentes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), al defender una reforma de la Constitución que incluya, entre otras cosas, el derecho de los catalanes a la secesión.

Una de las modificaciones que sugiere este partido es que el artículo 1.2 de la Constitución no fije la soberanía nacional en el pueblo español sino en las naciones (que tendrían reconocido el derecho de secesión), nacionalidades y regiones.

El artículo 1 definiría a España como "Estado federal, plurinacional", y se eliminaría el papel del Ejército como garante de la integridad territorial y del ordenamiento constitucional.

Son todos ellos preceptos que superan con creces la reforma que el PSOE planteó de la Constitución en cuatro puntos muy acotados (sucesión en la Jefatura del Estado, Senado, enumeración de las comunidades autónomas e inclusión de la Constitución europea).

Pero también Iniciativa per Catalunya llevaba en su programa electoral para las generales de 2004 una reforma de la Constitución para incluir, entre otras cosas, el derecho de autodeterminación para los catalanes.

El carácter plurinacional del Estado español, decían en su programa, "ha de quedar reflejado en el derecho a la autodeterminación de las naciones que lo componen".

Eso significa, precisaban, que Cataluña "pueda decidir a partir de su soberanía como nación si quiere tener un estado propio e independiente, si quiere estar integrada en otro y, en este caso, de qué manera se materializa esta integración".

Reconocen que para ello es "imprescindible" la reforma de la Constitución, como también para que el Senado reconozca "las personalidades nacionales" como Cataluña y "su derecho a vetar cuestiones que afecten a contenidos esenciales de sus derechos nacionales.

Las dos propuestas, la de Esquerra y la de Iniciativa, chocan con la oposición frontal del PSOE y del PP, cuyo concurso sería imprescindible para acometer cualquier reforma de la Constitución.

Es evidente, en consencuencia, que reformas de este calado no tienen futuro en el actual escenario político, pero también que su formulación puede enrarecer el actual clima y las relaciones del PSOE con dos de sus socios, tanto en el Congreso de los Diputados como en la Generalitat de Cataluña.

La propuesta de Esquerra llega, además, en un momento delicado de la negociación del nuevo Estatuto de Cataluña, y los partidos catalanes han expresado ya su temor de que la sugerencia esconda un intento de los nacionalistas de "tensar la cuerda" en esas conversaciones.

Por el momento, los socialistas catalanes ya han tenido que dejar claro que no respaldarán esas reformas, y ya han recibido la respuesta de Esquerra recordando que Maragall preside la Generalitat gracias a ellos.

En medio del intercambio de estos mensajes estaba el primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla, miembro también de la dirección del PSOE y ministro del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Al margen de la evolución de los acontecimientos ante un otoño que se prevé intenso en negociaciones, lo cierto es que, por el momento, los socialistas catalanes gobiernan la Generalitat con dos socios que parecen haberlos dejado atrás en un asunto ciertamente delicado y que centrará el debate político en los próximos meses.