El avión siniestrado tomaba parte en un vuelo de instucción dentro de los intercambios entre el Ejército español y el italiano. Volaba acompañado de otro Tornado italiano y dos Phantom españoles.

Los dos pilotos italianos pudieron saltar del aparato al comprobar que el avión estaba averiado e iba a estrellarse, lo que hizo en una zona deshabitada. Fueron recogidos sanos y salvos por un helicóptero del Servicio de Búsqueda y Salvamento del Ejército del Aire.