Según informó hoy la Guardia Civil, los hechos ocurrieon los pasados sábado y domingo, cuando los niños entraron en el instituto, tras romper la malla metálica de una ventana, y causaron destrozos en la cocina, el restaurante y el bar de estas instalaciones.

El Instituto Camino de Santiago se encuentra apartado de la ciudad, junto a otros centros de enseñanza, lo que permitió a los menores poder encender las luces y actuar libremente, poniendo los aparatos de cocina, hornos, fogones y mamparas en marcha.

Los primeros desperfectos fueron ocasionados n la cocina, al introducir varios botes de conserva en un horno que hicieron funcionar hasta que reventaron los envases, dañando el horno, valorado en un millón de pesetas.

Una de las ordenanzas del instituto que descubrió lo ocurrido en la mañana de ayer, lunes, encontró todas las vajillas, cristalerías y botellas del bar por el suelo, junto con aceite derramado y otros elementos del mobiliario que habían sido golpeados. También resultaron dañados los archivos del centro, la maquinaria de envasar al acío y las orlas de los alumnos.

Al parecer, la pista principal que ha dado lugar a la detención de los dos menores es un reguero de sangre que se encontró en el instituto de uno de ellos, que debió cortarse, y el rastro pudo seguirse desde el centro de enseñanza hasta un restaurante cercano. Además, se hallaron huellas de zapatos de poco tamaño.

Los desperfectos ocasionados en el Instituto Camino de Santiago se descubrieron ayer cuando el centro se disponía a preparar unas jornadas gastronómicasque debían comenzar hoy y que han tenido que ser pospuestas.

"Han hecho un daño manifiesto a la escuela de Hostelería. En poco tiempo nos han destruido una joya que nos ha costado muchos años poner en marcha, y ahora tendremos que empezar prácticamente de cero", señaló la directora del centro, María del Carmen Sanz.